lunes, 5 de mayo de 2008

Distrito de Catacaos

El Distrito peruano de Catacaos es uno de los 9 distritos que conforman la Provincia de Piura. Está situado en la costa norte del Perú, a 25 metros sobre el nivel de mar, en la región Grau, a tan solo 12 km de Piura, la capital regional, y 1h 15' de Lima, en vuelo comercial. Es famosa por su artesanía, gastronomía y chicha de jora. El pueblo, con más de 54.171 habitantes, es predominantemente agrícola y artesano, ya que está rodeado de uno de los valles más fértiles de la región Grau, cuya producción de algodón, de gran calidad por su textura y largas fibras, es sumamente cotizado tanto en el Perú como en el extranjero. Este pueblo forjó su futuro con chimeneas y pesados ferrocarriles, con algarrobo y finos sombreros de paja, con su filigrana de oro y plata.

Origenes

Etimológicamente la palabra Catacaos deriva de las voces sec "catac" (valle grande ) y "ccaos" (exuberante). Esta zona fue poblada por los Tallanes, quienes luego de instalarse y dirigidos por Mecnon y luego por Nariwalac se organizaron y formaron la nación Tallán (Tacllán por el uso de la taclla, herramienta de trabajo agrícola). Su dios fue Walac y en su honor edificaron un enorme santuario, que actualmente se encuentra en restauración (Templo Narihualá). Posteriormente fueron invadidos por Mochicas y Chimúes. Durante la colonia, Catacaos fue 'Encomienda de indios', recibiendo el nombre de San Juan de Catacaos. Durante el proceso de emancipación del Perú, aportó muchos contingentes para la liberación.

Catacaos: Chicha y sombreros

Catacaos es el corazón indio de Piura. Desde el fondo panzudo de sus cántaros, bombea la dorada chicha que calma la sed histórica y secular de los piuranos. Situado apenas a 12 kilómetros de la ciudad de Piura, es el rincón más tradicional del departamento, tanto por su deslumbraba festividad religiosa de la Semana Santa, como por las costumbres de sus habitantes, sus chicherías, sus comidas, sus indias pollerudas, su industria de sombreros de paja, su áurea orfebrería y su alegría cascabeleante. Es además, la fuente obligada de los piuranos. Bajo la bandera blanca se sus chicherías, aplaca el rigor de las horas aceradas y bullentes del mediodía así como el de las horas plateadas de la tarde. Por eso su fama. Por eso sobrevive, no obstante su maltratada economía y la falta de trabajo para la mayoría de sus habitantes. Catacaos es la obra de la filantropía. Levanta sus casas modestas y sus chozas de caña de guayaquil y de “pájaro bobo”, sobre los terrenos del año de 1645 obsequió a los indígenas de la región el Bachiller Don Jerónimo de Mori Alvarado, Vicario de la parroquia. Su vida transcurrió como la del resto de los pobladores piuranos, en el medio del silencio, sin protagonizar acontecimientos trascendentes. Es a principios de este siglo que Catacaos toma importancia, con su producto de sombreros de paja de toquilla. Los sombreros de Catacaos son famosos. Su calidad, finura y delicadeza son fabulosos y con su venta se amasaron grandes fortunas. Se recuerda todavía en Catacaos que sus sombreros se exportaba a Alemania por un distinguido comerciante: Don Manuel Oliva, abuelo de Don Humberto Requena Oliva. Otro de los exportadores fue el ciudadano español Don Bonifacio Cabredo. La fibra de los sombreros tejió fortunas, como la de la firma Romero, entre otras. Ahora esta artesanía se encuentra en declive, pero con posibilidades de un futuro reverdecer. Los sombreros que antes armaban verdaderas ferias los días domingos en la abandonada calle Comercio de la Villa, se clasifican según la textura, brillo, unión de la paja. La leyenda afirma que hubo tiempos en que los mejores sombreros de Catacaos podían colocarse en el bolsillo superior del saco como si fuera un pañuelo, por los blancos, ligeros y finos. Lo cierto es que ahora se teje pocos sombreros finos. Catacaos es también la tierra de la chicha. Sus calles polvorientas y retorcidas, están sembradas de chicherías en cuyas puertas se levantan las banderas blancas que anuncian la chicha fresca, espumante y generosa. Sobre el suelo de tierra de la chichería se amontonan los cantaros de simbilá, con su espirituoso contenido. Sobre las mesas rústicas de madera, se llenan “los potos” –calabazas pulidas y vacías- que levantan la espuma del “claro” y “del destilado”. Y en torno a los cántaros pequeños, -“chirihuacos”- y el poto que debe llenarse cuando se encuentra bien seco, para que la chicha levante su espuma sedosa y fresca, se sientan los piuranos a calmar su sed. Allí se confunden todos. Allí se pasan el poto de mano en mano y de boca en boca, los “blancos” piuranos que humedecen sus paladares millonarios con la bebida del indio. Allí los cholos en mangas de camisa, los indios del campo, de la comunidad, “secan” los potos de un solo “bebe”, para limpiar la garganta reseca con el polvo del algodonal y la fatiga de la rigurosa “paña” de las motas blancas.

Gastronomia [editar]
Se puede señalar que Catacaos es conocida por sus comidas y picanterías (restaurantes locales), que son puntos obligados de los lugareños y de todo buen visitante de estas hermosas y soleadas tierras. Destacan entre sus platos más reconocidos:
El cebiche, pescado crudo cocido con limón agrio, cebolla, sal y aji picante, y que puede ser de mero, cabrilla o cachema, acompañado de una buena 'trama' (camote, yuca o zarandaja).
La 'malarrabia' (plato preparado con plátano sancochado y cocinado en agua, acompañado de quesos y aceitunas).
El 'seco de chabelo', que es plátano verde frito y molido con carne seca y aderezo (Aji panca, cebolla, tomate, sal).
La 'sopa de novios', plato tradicional que se servía en cada boda o fiesta importante del pueblo: este plato está hecho a base de pan remojado, fideos (los cuales se ponen a cocinar y se les agregan pasas secas), se sirve con arroz blanco y estofado de carne, y se decora con un refrito, aceituna y huevo duro.
Y por supuesto la famosa 'chicha de jora', bebida fermentada de un tipo de maíz especial(Amarillo duro), el cual se hace germinar, luego se seca y se muele, Se prepara según técnicas muy antiguas: Se hierve el maiz en ollas de arcilla, la solución obtenida se vierte en "tinajas" y en "peroles" luego se "mastica", a este proceso se le denomina "enfriar", a continuación se deja fermentar hasta lograr el punto acido, separando el liquido clarificado en "clarito" y "Jora" los cuales son sometidos a una segunda cocción en ollas de arcilla, a continuación viene el "cernido" que es la separación de los solidos del maiz, luego es envasada en vasijas de barro cocido, para su fermentación en las cálidas arenas de Catacaos. El proceso de fabricación dura aprox 96 horas. Para su venta se expende en " Jarras de barro" y en 'potos' o 'cojuditos'.
Las picanterías estilan poner una bandera blanca en la puerta.

Artesanias [editar]
La artesanía de este pueblo es maravillosa, reconocida nacional e internacionalmente, a tal grado que el Estado le ha concedido el título de Capital Artesanal con la ley 25132 en el año 1989. Sus artesanos cuentan con una habilidad sorprendente para confeccionar joyas de oro y plata en filigrana (hilos muy finos), los que artísticamente adornan collares y sortijas, y confeccionan todo tipo de objeto que sea solicitado. Destacan también sus tejidos de paja toquilla, famosa por su calidad, finura y delicadeza; por su artesanía en madera dura (hualtaco), que asombra por su belleza, perfección y diseño.
Todo este talento local es expuesto en la calle Comercio, histórica y bella arteria principal, cuya antigüedad de dos siglos ha recibido a miles de mercaderes que han comerciado sus productos. En este lugar encontramos maravillas de oro y plata, así como también de paja, madera, cuero y barro cocido, obras de artesanos innatos cuya habilidad es codiciada por cientos de turistas nacionales y extranjeros que llegan a estas soleadas tierras. Pero su arte no solo se queda en el pueblo; cinco minutos antes de llegar a Catacaos se ubica el caserío de Simbilá, tierra de alfareros famosos por sus cántaros, ollas y jarras, los que asombran a estudiosos y curiosos al comprobar la manera en que el artesano, usando como herramientas de trabajo dos paletas, una vasija para el agua, una piedra de río, un lienzo y una selladora, sentados o arrodillados en el piso fabrican manualmente un sinnúmero de artículos de variada estética.

Arqueología [editar]
La región Grau cuenta con restos arqueológicos como la fortaleza y santuario de Narihualá, que se ubica a 3 km de Catacaos, en un lugar denominado Cerro de Narihualá. Las construcciones están formadas por plataformas de adobe y argamasa de barro organizadas en cuatro sectores. El área en total tiene 6 has, y ahí en la actualidad se realizan trabajos de restauración. Este lugar es considerado como la capital de la cultura Tallán. (roberto alexander tume chanduvi)

Arte sacro [editar]
Es interesante visitar la iglesia de San Juan Bautista, construida sobre terrenos donde existía la cabaña Tacllán para realizar los consejos de Curacas y Capullanas, siendo este templo el tercero; el primero fue construido en 1547 y fue destruido por el terremoto de 1912; se inicia su reconstrucción en 1915, y es destruida nuevamente en 1983 por las lluvias del fenómeno El Niño. La construcción del tercero se inicia en 1995, la que es calificada como una réplica de la Capilla Sixtina, por la belleza y similitud de su decoración, realizada por artesanos locales

Festividades [editar]

Semana Santa [editar]
En Catacaos destaca la celebración de la semana santa, que llama la atención por la singularidad de su manifestación religiosa, hoy en día considerada como una fecha importante dentro del calendario turístico nacional. Se inicia con el Domingo de Ramos, en donde se escenifica el pasaje bíblico en el que ingresa al pueblo una persona en un burrito blanco, conocido en la zona como La burrita de Ramos, y de lunes a miércoles se realizan procesiones de las imágenes de Jesús y sus santos. El jueves y viernes santo se guarda absoluto respeto y solo se comen los siete potajes brindados en el pueblo a todo visitante propio y extraño. Finalmente el sábado y domingo santos se realizan misas y se llevan a cabo grandes celebraciones y fiestas. Todos los años este pueblo recibe, en semana santa, gran cantidad de visitantes nacionales e internacionales, llevándose a cabo las procesiones con gran respeto y sentimiento, paseando las imágenes religiosas en grandes andas por las calles, precedidas por bandas de músicos y acompañadas de las autoridades locales más importantes.
La infraestructura hotelera en Catacaos es muy pequeña pero agradable, lo que no es impedimento para visitarlo, ya que a solo 15 minutos se encuentra la ciudad de Piura.
Catacaos es un pueblo hospitalario y cada 21 de Junio se celebra un Aniversario más de su creación política como distrito.

Construcción típica en Catacaos

Calle principal de venta de artesanías

Tienda de artesanías

Venta de artesanías en la calle

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